El primer día fue toma de contacto con Curra, Cairns y por supuesto visitar a María. En general la ciudad (Cairns) no vale mucho la pena, es como un Benidorm añejo, tiene un bonito paseo marítimo y ya. La gente era muy agradable, nos dimos cuenta durante el viaje que Sydney es un mundo a parte, la gente fuera de la gran ciudad es más abierta, amable, simpática... son amor en todos los sentidos. Nada más llegar fuimos a una de las miles agencias de información al turista y nos atendió un muchacho muy apañado que nos recomendó una de las mejores compañías para visitar el coral y además nos medio planeo la semana, nos dio muchos consejos y rincones no orientados al turismo de masas, acertó en cada uno de ellos.
El primer día decidimos dormir en un Parking junto a otra caravana, un parking todo iluminado, una trampa asegurada para ser pillados por la policía y efectivamente a las 5 am teníamos a dos amables policías que simplemente nos pidieron abandonar el parking. Decidimos conducir hacia Glacier Rock pero un tronco en el camino impidió tomar esa ruta, finalmente visitamos unas cascadas y decidimos hacer otra ruta que sorprendentemente acabó en el Glacier Rock, casi 5 km en total sin cruzarnos con nadie. Con ese nombre era lógico esperar una roca blanca (suposiciones de Yoli) pero nada más lejos de la realidad, eran vistas de la costa, montaña, Cairns y pueblecitos. De esa casi salimos ilesas, todo fue bien, a excepción de dos sanguijuelas en los tobillos de las cuales me deshice rápido y no dieron castigo ninguno durante todo el viaje. La segunda noche la pasamos en el parking de las Crystal Cascades, se nos hizo de noche pero aun así pudimos hacer la ruta a oscuras y escuchar como suena una selva de noche.
Tras cumplir con nuestro principal objetivo ya tocaba fluir por los alrededores de Cairns, quizás el 50% del viaje ha sido seguir los nombres de los lugares como por ejemplo Kewarra Beach, parada esencial, un pis, lavado de dientes y primera playa paradisiaca que pisábamos. Nuestra ruta era dirección norte hacia Cape Tribulation, para ello había que coger un ferry que a priori nos pareció barato 28$ ida y vuelta, tras montarnos entendimos porque era tan barato, eran solo 20 metros de recorrido en un ferry del año de mi tatarabuela. Nos adentramos en una de las selvas tropicales más antiguas del mundo: Daintree Rainforest. Las probabilidades de encontrarnos un cocodrilo eran quizás de un 80% pero se ve que nosotras pertenecemos al 20%.
Sin quererlo hicimos la ruta de la selva en el sentido contrario, me explico, lo común es entrar e ir visitando todos los puntos importantes de esta selva. Nosotras llegamos hasta el final (no continuamos porque la carretera solo estaba preparada para 4x4), al día siguiente fuimos bajando y parando. Con esto tuvimos la suerte de estar solas en casi todas las paradas del camino. Una de las paradas fue en una playa que había junto a la carretera donde no había casi hueco para estacionar, allí encontramos un árbol gigantesco y precioso, preparado para hacer muchas fotos posturetas. Continuamos visitando Cow Bay que la verdad sin más después de haber visto tres o cuatro playas de la zona, al final son todas casi iguales, os las podéis imaginar como las playas de Piratas del Caribe.
En general se nota que la gente está quemada de los backpackers, algunas veces son un poco siesos y bordes pero la gran mayoría son encantadores. Nos quedamos con el señor que nos recibió en Kmart con los brazos abiertos, las señoras de la oficina de turismo de Yungaburra, el señor que nos dejo unos prismáticos y nos explico todo sobre las aves y la historia de la región. Para ser temporada alta no estuvo nada mal, pasamos un viaje bastante tranquilo casi solas en la carretera en muchas ocasiones, a la vez pudimos socializar con gente local y con una chica de Nueva Zelanda que como nosotras estaba fluyendo. Al final este viaje se ha tratado de fluir y desconectar y creo que lo llegamos a conseguir, dejar los horarios, las preocupaciones y los altibajos que Sydney nos genera, porque otra cosa no pero nos hemos reconciliado con Australia, a partir de ahora va a ser importante diferenciar Sydney de Australia, diferente estilo de vida, gente, costumbres, ritmos y no somos las únicas que lo corroboran.
Gracias Yoli por acompañarme, deseando estoy de empezar a planear la siguiente escapada, ¡nos vemos por casa!