popstrap.com Los Viajes de Dylan: agosto 2015

19/8/15

¿Nos vamos a Medina?


Como todos los veranos, no podía faltar la parada en la Puebla de Sancho Pérez, a 3 kilómetros de Zafra, es el pueblo de mi familia por parte de madre, allí tengo a mi abuela, mi tía, primos, un sobrino segundo la mar de gracioso, una vecina de mi abuela que es como otra abuela... 






Este año he ido acompañada de mi buen amigo Alberto, normalmente voy sola y me suelo aburrir bastante pero este año me lo he pasado muy bien, hemos tenido planes todos los días. Cumpleaños, fiestas de pueblos, concierto, compras... Se nos olvidó llevarnos un pantalón largo y claro, esos días justo refrescó por las noches, total que fuimos exclusivamente a comprar unos pantalones largos. 





Un día normal consiste en desayunar, dos horas de piscineo, aunque más bien tomar el sol porque con el frío no había quien se bañase, comer, té moruno con menta, plantearnos el ir a medina (el pueblo de al lado) para bajar la comida, dormir siesta, no hacer nada, cenar, dominó cubano y dormir. Una cosa relajadita, para recuperarse del "estrés del verano". Es un pueblo pequeño, pero tiene cosillas para visitar, también hay muchos caminos para andar pero la pereza se suele apoderar siempre de nuestros seres y como dice mi tía, nos acortijamos demasiado.




Eso sí, ha habido noches de fiesta, celebrando el cumpleaños de Carlosaurio, para el cual hicieron una tarta muy chula de dinosaurios y vinieron muchos enanos, también fuimos con mi prima, su marido y mi madre a Villalba a un conciertos de los Barbas de oro, un grupo que hace versiones de los 80, son muy buenos, altamente recomendables. Tras el concierto fuimos a la Alconera, a las fiestas del pueblo donde la típica banda tocaba las canciones del momento y las de toda la vida, estuvo muy animado y desde luego el conjunto de la banda no tenía desperdicio verlo, para mi madre ¨chonismo puro¨. 

Espero pasarlo igual de bien en Navidad.








Como anécdota desagradable, se cometió un ratericidio, en contra de mi voluntad, se asesinó a una ratita aunque muerta iba a estar mejor que moribunda ya que por culpa del veneno de rata se estaba ahogando, sé que transmiten muchas enfermedades y no hacen ningún bien pero igualmente me dio pena ver cómo se ahogaba y miraba al horizonte y apretaba las manitas, no deja de ser un animal.

9/8/15

Yo sobreviví al Arenal 2015


Nada mejor que despedir el mes de julio y decirle hola al agosto, en el festival de Burriana, el Arenal, ese festival que nadie sabe como pronunciar y que todos los años sale en el telediario, que a tantos padres aterroriza, que tanta buenas anécdotas deja y en el que a tanta gente conoces.

Este año ha estado un poco pasado por agua, pero el mal tiempo no ha hecho que el ánimo decaiga, bueno en determinadas ocasiones sí, como cuando se cancela John Newman o The Hives pero al fin y al cabo seguro que se presentaran otras ocasiones para verlos.

En este viaje no he visto ningún monumento, museo, o edificio. Nos hemos limitado a vivir en una tienda de campaña, ducharnos una semana con agua congelada, tener pocas ocasiones de ir a un baño decente, ir a la playa y disfrutar de cantidad de conciertos.

Me es difícil hacer una lista ordenada de mis conciertos favoritos, excepto The Kooks, es de mis grupos favoritos desde hace cuatro años, al verlos por primera vez disfruté como una enana, estuve toda la semana nerviosa por miedo a que lo cancelaran . Luego irían la Roux, Tom Odell, Green Valley, Supersubmarina, The ting tings... Pero soy incapaz de decidir cual me gustó más que otro.


Como todos los que hayáis visto el telediario o hayáis leído las noticias, hubo dos noches de lluvia que provocaron inundaciones y el desalojo de miles de personas, nosotros tuvimos suerte, pero había zonas con verdaderos lagos y tiendas flotantes. Recuerdo que todo el mundo hablaba por teléfono con los familiares, todos asustados por como lo ponían en las noticias, se ponían en lo pero de lo peor, en la televisión solo enseñaban lo más dramático. A pesar de todo, creo que todo el mundo se lo paso bien y se olvidó de esos dos malos días.

Esta es otra de las experiencias que el año que viene repetiría eso sí, en un apartamento y yendo en tren, como una reinona. 

Música, playa, buena compañía y cerveza.






Santiago's way


Siempre se ha dicho que en esta vida tienes que plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo, hay que añadir: ¨hacer el camino de santiago¨. Es algo que si tienes la oportunidad tienes que hacerlo.

Todos habréis escuchado que es una gran experiencia, que tienes tiempo para pensar sobre uno mismo o temas que nos conciernen, que conoces mucha gente, visitas pueblos con encanto, ves paisajes que nunca imaginarias... Un sin fin de puntos positivos.


Desde mi punto de vista, todo eso es verdad, pero esta sobrevalorado. Lo he pasado en grande y pienso repetir, he visto paisajes que ni siquiera sabía que pudiesen existir, he conocido gente extraordinaria (no tanta como la que me hubiera gustado), he visto un montón de animales y cultivos, lo he pasado genial con mis amigos, he comido como una reina... Pero lo que nunca cuentan es lo duro que es el andar por esos caminos de piedras, asfalto, cuestas arriba y abajo (esas son las peores)...



A mi me costó bastante los dos primeros días, el camino se me hacía eterno, me dolían los pies, las piernas, la espalda, partes del cuerpo que ni sabía que existían. El tercer día fue una maravilla ya que me deshice de la maleta. Supongo que todo eso fue porque iba desentrenada, también tiendo a tener dolores de espalda y venía quizás algo cansada de otro viaje. 


Recuerdo que a mitad de camino deseaba no haber ido o deseaba coger un taxi o burro al siguiente pueblo, pero una vez llegaba al pueblo la mentalidad cambiaba y se quedaba en un ¨no era para tanto¨.

La llegada a Santiago fue satisfactoria aunque llegué de mal humor, no podía más con mi cuerpo, pero tras una buena comilona en el mesón Manolo todo lo malo desapareció. Recomendable ir a la misa del peregrino aunque no seas creyente, es bonita y no se hace larga.

De esos 5 días de camino me quedo con haberlos pasado con mis amigos, haber conocido a una californiana de 70 años con más vida que todos  nosotros, a Javi, un madrileño que tuvo que abandonar por problemas de salud, con los 50 hórreos que pudimos contar en un día, todas las vacas vistas y el sin fin de paisajes y caminos que pudimos disfrutar entre tantas quejas y risas.



En definitiva, hay alta probabilidad de repetir el año que viene.

 







La lata de sardinas gigante

Comienzan las vacaciones, el buen tiempo, la playita y por supuesto la temporada alta de... viajes! 

Por fin después de unos cuantos meses de clases, prácticas y días en la biblioteca, se terminan los exámenes y comienzan los preparativos para los sucesivos viajes que me esperaban.

Primera parada Bilbao, llevaba varios años queriendo ir a algún festival y la verdad es que este verano ha sido el verano de los festivales, primero el BBK en Bilbao, una pasada, luego el Arenal en Burriana, inolvidable, y todavía me falta el Granada Sound... en Granada, sin calificar de momento.




Durante los tres días de festival, por la mañana disfrutábamos de las calles de Bilbao, por la tarde y noche eran los conciertos, pude disfrutar de Mumford & sons, James Bay, Of Monster and Men, Capital Cities, Sheppard y muchos más. Me encanta la música pero lo que más me gusta es escuchar a mis grupos favoritos y que se superen aún más en el escenario.



Tuve la ocasión de hacerme una foto con James Bay, nos lo cruzamos por la calle pero entre tan en shock que se me escapó. 





Todo el mundo cuando le decía que iba al País Vasco me advertía en cierto modo de la gente pero la verdad que no he tenido ningún problema, todo lo contrario, la mayoría de personas con las que tratamos eran encantadoras, simpatiquísimas y ayudaban con lo que fuese.




De las cosas que más me gusta cuando viajo es probar lo platos típicos del lugar, no se si habría algún puchero típico de allí pero de lo que me he atiborrado ha sido de los pintxos, los había de miles de cosas, casi nunca se repetían excepto los típicos de tortilla.



Lo que más me imapactó fue el museo Guggenheim, ya llevaba varios años viéndolo por la televisión y ya alucinaba, el momento de tenerlo en frente fue superior, era como ver una lata de sardinas gigante a la que habían golpeado con un martillo. Un amigo que estudia arquitectura, me contó que el arquitecto, Frank Owen Gehry, se inspiró en un rosa de papel que deformó y las curvas que salieron de ella son las que se pueden observar en el edificio,  luego le aplicó una cubierta de metal aludiendo al sector industrial del que ha vivido la ciudad de Bilbao. Por lo visto todos sus edificios son iguales pero a mi me siguen alucinando, en general me alucina la arquitectura moderna.




Si vais alguna vez por Bilbao es muy recomendable ir a visitar el puente colgante de portugalete, también Puerto viejo, un pueblecito con un barrio de casas blancas que parece Mykonos, y Las arenas, este fue mi pueblecito favorito. Tiene un paseo marítimo muy bonito con un montón de casas palacios, muchas reconstruidas desde el siglo XVI. Sin duda un paseo precioso para una tarde soleada. Están a 15 minutos en metro aproximadamente. 


Tras 6 días por tierras vascas tocaba coger un tren a Sarria donde empezaba la segunda 

etapa de mi viaje, el camino de santiago.




A la nieve se ha dicho

Entrada la primera semana de 2015, reunida con mis amigos de siempre planteamos la idea de ir un fin de semana a Sierra Nevada, la estación de esquí de Granada, la idea parece que tuvo bastante éxito.

En cosa de un par de semanas teníamos casi todo planeado, fue difícil ponerse de acuerdo con las fechas ya que cada uno terminaba los exámenes en días diferentes, por eso al reservar apartamento con tan poca antelación fue difícil y quizás más caro, pero lo conseguimos.



Para algunos era la primera vez que veían la nieve y ver sus caras de enanos tocándola, jugando con ella, fue como volver a tener 8 años, la edad con la que mi padre me llevo a tirarme en trineo. De estos Momentos mágicos difíciles de explicar.



De mis partes favoritas fue descender una y otra vez las pistas, al principio doloroso porque estaba todo el tiempo en el suelo pero tras muchos intentos lo conseguí, estaba sintiendo la misma libertad y adrenalina que cuando me subo en la tabla de surf, sin duda una de mis sensaciones favoritas.

Y sobre todo, como en todos los viajes, me quedo con la gente con la que los compartes y los momentos que vives con ellos, dignos de recordar, como las caídas y tropiezos por la nieve que resbala (más de uno se dejo las rodillas), las caídas con la tabla de snow o los esquís, las canciones mañaneras...


Sin duda alguna repetiría.